Así
como la comunicación es el elemento más importante en una relación, las
discusiones pueden ser el elemento más destructivo.
Si no logramos comprender que los hombres y las mujeres son diferentes, resulta muy fácil
iniciar discusiones que lastiman no sólo a nuestra pareja sino a uno mismo.
El secreto para evitar las discusiones es la comunicación afectiva y la respuesta blanda o llena de amor.
El secreto para evitar las discusiones es la comunicación afectiva y la respuesta blanda o llena de amor.
Las diferencias y los desacuerdos lastiman menos que la forma en que uno los comunica. La
mayoría de las parejas comienzan a discutir sobre algo y en cinco minutos ya
están discutiendo sobre la manera en que están haciéndolo. En forma inadvertida
comienzan a lastimarse mutuamente; lo que pudo haber sido una discusión fácilmente
resuelta, degenera en una batalla.
La
salida para una discusión es una mutua comprensión y aceptación de las
diferencias. Recuerde lo que dice la biblia en Romanos 12:3: Ninguno piense de
si mismo más de lo que debe pensar, piense con moderación.
Resulta
inevitable que en algunos momentos las parejas tengan diferencias y
desacuerdos, pero que nunca se ponga el sol sobre vuestro enojo. (Efesios
4:26).
Para evitar dañarnos o dañar a otros discutiendo, decidamos amar, respetar y valorar. La próxima vez que pienses discutir… Piensa
si tiene algún sentido, o es mejor AMAR.